Cultura Maya
Escultura y Pintura Maya
Escultura y Pintura Maya
El Imperio maya se extendió en una amplia región que comprende el sureste de México, Yucatán y Guatemala. El foco inicial se centró en la región del Petén, con las aglomeraciones de Tikal y de Uaxactún. Se fundaron muchas ciudades religiosas: Chichén Itzá, Uxmal, Palenque, Bonampak, Copán. etc. Se encuentran en la arquitectura ciertos principios comunes a todas las civilizaciones precolombinas.
Danzantes de Holmul |
Los mayas erigían sus templos sobre inmensas
pirámides construidas con basamentos escalonados. y cada cara de la pirámide
disponía de una escalera que conducía al templo propiamente dicho. Este último
era de piedras cuidadosamente labradas y su única planta estaba adornada
exteriormente con una exuberante decoración de estuco, mientras que el interior
estaba decorado con pinturas al fresco. Entre las más bellas realizaciones
arquitectónicas correspondientes al período clásico (ss. VII VIII) citemos la
casa del Gobernador, la casa de las Monjas y la casa del Adivino, en Uxmal, y
el templo de las Inscripciones y el templo del Sol, en Palenque. En 1952, en la
cripta del templo de las Inscripciones y bajo una losa adornada con un
admirable altorrelieve que representa el Árbol de la vida, se descubrió el
esqueleto de un rey-sacerdote cubierto de ornamentos y de joyas de jade, entre
ellos una bellísima máscara (Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México).
El trabajo del estuco alcanzó su máxima perfección en Palenque, y así lo demuestran los personajes de tamaño natural representados por las cabezas de guerreros encontradas en la cripta del templo de las Inscripciones. El periodo tolteca derivó hacia una arquitectura oficial, pero los templos siguieron siendo numerosos: en Chichén Itza, el templo de los Jaguares y el de los Guerreros (precedido éste por la plaza de las Mil Columnas), el tzompantli (en el que se amontonaban los cráneos de las víctimas representadas en los bajorrelieves laterales), el mercado y el castillo constituyen, junto con el Juego de Pelota y la tumba del Gran Sacerdote, uno de los más importantes conjuntos del arte maya-tolteca.
La yuxtaposición de motivos pertenecientes a ambas civilizaciones caracterizo
a la escultura, en la que, sobre todo, se repite la máscara con nariz en trompa
del dios tolteca de la lluvia, Chac, representación del lucero del alba. Los
mayas hicieron un notable invento arquitectónico: la
falsa bóveda o bóveda en saledizo, también llamada bóveda triangular (sirva de
ejemplo la de la casa del Gobernador, en Uxmal).
Lo
esencial de la escultura, siempre estilizada y decorativa, está representado
por los bajorrelieves, cuya exuberante profusión justifica hasta cierto punto
el calificativo de barrocos. Constantemente se repiten glifos y signos celestes
(estrechamente relacionados con el calendario maya), jeroglíficos, figuras
humanas vistas de perfil y emplumadas con motivos geométricos. La escultura en
altorrelieve es poco frecuente, pese a ello se han encontrado estelas en verdad
admirables (Copán).
Mención
especial merecen las numerosas estatuillas en terracota, cuya variedad
(mujeres. sacerdotes, guerreros, jugadores de pelota, actores y bailarines)
solo es comparable a la vivacidad y a la expresividad de que fueron dotadas
(600 a 950 d. de J.C. sobre todo en la región noroeste del Yucatán). Nada
sabríamos de la riquísima pintura mural maya de no ser por el conjunto de
frescos descubierto en 1945 en el templo llamado ahora de las Pinturas, en
Bonampak.
Las
tres salas del templo están por entero decoradas. En la primera se representa a
los altos dignatarios en espera de ser recibidos por el rey-gobernador, que
aparece a su vez engalanándose: músicos y bailarines ocupan una serie de cuatro
paneles inferiores la segunda sala representa una batalla en la selva,
seguida de la victoria real: la tercera agrupa escenas relativas a la celebración de la victoria.
Todas esas pinturas llaman la atención por la suntuosidad, precisión y realismo con que están realizadas, pese a la hierática actitud de los personajes.
Todas esas pinturas llaman la atención por la suntuosidad, precisión y realismo con que están realizadas, pese a la hierática actitud de los personajes.
La
alfarería y la orfebrería estuvieron muy
extendidas entre los mayas. Cinco, periodos hay que se reparten una abundante
producción de cerámicas: fuentes y jarrones de fondo liso, fuentes de tres y de
cuatro pies, vasijas de barro policromado, etc. (850 a. de l.C.-950 d. de
J.C.). En lo que a la metalurgia del oro se refiere, hay que decir que fue una
de las especialidades de Chichén Itza. Donde han sido hallados discos y joyas
de enorme belleza.
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